La neurociencia conductual estudia la relación que existe entre el sistema nervioso y la conducta. Su desarrollo, depende de los avances logrados en las demás neurociencias.

La neurociencia conductual se define como aquella que examina las áreas y procesos del cerebro que subyacen a la conducta animal y humana. La amplitud de este concepto se debe a que esta subárea depende del desarrollo de las otras ramas de la neurociencia para su conformación; con las cuales, también comparte herramientas de investigación (National Institutes of Health, 2019; Thomasy, 2021). Esta situación provoca que no siempre sea posible distinguir claramente los límites entre las diferentes modalidades de la neurociencia. Debido a esto, es importante describir algunas de las características más notables de la neurociencia conductual, con el fin de brindar una idea general de su lugar dentro de la neurociencia como un todo, y su relación con las otras áreas de esta disciplina.

La neurociencia conductual y su objetivo

El objetivo de la neurociencia conductual es conocer las bases neurofisiológicas que subyacen a la conducta. En este sentido, se le ha relacionado con el concepto de psicobiología, disciplina que se encarga de investigar las bases biológicas del comportamiento (Azkona, et.al 2022). Lo que distingue (aunque no necesariamente separa) a la neurociencia conductual de esta rama de la psicología, es que ésta primera área forma parte de un cuerpo de estudio definido y coordinado, donde el sistema nervioso es el principal objeto de estudio. Considerando esto, la neurociencia conductual podría definirse como la aplicación de los conocimientos producidos por la neurociencia para comprender la conducta.

Ahora bien, la neurociencia conductual, al igual que las demás neurociencias, tiene como objeto de estudio las diferentes estructuras del sistema nervioso y su funcionamiento (Bear, Connors, Paradiso, 2016). No obstante, lo que la distingue de las demás subáreas, es su objetivo. Es decir, el porqué de este estudio; el cual consiste en explicar cómo estas áreas y procesos se relacionan con la producción y regulación de la conducta.

Por otro lado, la neurociencia conductual también se interesa en estudiar las manifestaciones públicamente observables (conductas y respuestas fisiológicas) que tienen lugar cuando el sistema complejo adaptativo de un animal se relaciona de manera activa con el medio ambiente (Azkona, et.al 2022). Sin embargo, esta disciplina se distingue de las ciencias psicológicas (aunque no se separa), en el hecho de que invariablemente toma en cuenta el aspecto biológico involucrado en este proceso.

Es importante señalar que, en la práctica, las distintas áreas de la neurociencia trabajan juntas en la obtención de sus objetivos. Por ejemplo, la neurociencia conductual depende del conocimiento obtenido por la neurofisiología para entender la relación entre las diferentes áreas y procesos del cerebro con el comportamiento.

Objetos de estudio de la neurociencia conductual

Como parte de las neurociencias, la neurociencia conductual estudia el sistema nervioso desde diferentes niveles para comprender las bases biológicas del comportamiento. En este sentido, es posible describir los siguientes objetos de investigación:

  • Los mecanismos neurofisiológicos y neuroquímicos implicados en la comunicación entre células nerviosas. Por ejemplo, conocer cómo se genera y se transmite el impulso nervioso en las áreas o ramificaciones asociadas a una respuesta; analizar las características bioeléctricas de las membranas para poder comprender la generación del potencial de acción y su propagación por la membrana axónica; o bien, analizar la proyección en la conducta de un determinado neurotransmisor.
  • La organización del sistema nervioso. Por ejemplo, la organización de los distintos núcleos y centros nerviosos, así como las principales vías sensoriales y motoras, y su proyección conductual. Esto es, la relación de estructuras como el sistema límbico o los lóbulos cerebrales en el comportamiento.
  • La relación de la función de las hormonas con la actividad del Sistema nervioso. Es decir, conocer el sistema endócrino estudiando las diferentes glándulas de secreción interna, su localización, naturaleza y mecanismos de acción. Por ejemplo, analizar el papel organizador, reproductor y conductual de las hormonas sexuales.
  • Los procesos de integración y respuesta del sistema nervioso, relacionando las bases fisiológicas y neuroanatómicas de la información sensorial con la respuesta motora, la percepción sensorial y la psicomotricidad.

(Azkona, et.al 2022).

La neurociencia conductual en la investigación

Debido a la amplitud de su objeto de estudio y medios, la neurociencia conductual toma muy diversas formas dentro de la investigación.

Un solo tipo de respuesta puede ser explicado en diferentes niveles a partir de conocimiento ya obtenido. Por ejemplo, la excitación puede ser vista como el producto de neurotransmisores como la dopamina (para el movimiento), la norepinefrina (para el estado de alerta), y la acetilcolina e histamina (involucradas en la comunicación del cerebro con las demás partes del cuerpo). Aunado a esto, el sistema de activación reticular, en el tronco encefálico, coordina las señales provenientes de las entradas sensoriales y los neurotransmisores para dar sentido a los eventos en el cerebro y pasar esa información al resto del cuerpo (Galinato, 2022).

Por otro lado, la investigación comparada y experimentación en animales son herramientas muy utilizadas en la neurociencia conductual. Por ejemplo, el papel que tiene la serotonina en el desarrollo de la conducta social ha sido investigado a través de la administración de éxtasis en pulpos (Thomasy, 2021).

Existen también estudios donde no solo se examina el papel del cerebro en una respuesta determinada, sino además se investiga la influencia que tiene una determinada condición ambiental en la función y constitución de las estructuras nerviosas. Por ejemplo, analizar la forma en que el estrés de la soledad crónica afecta el cerebro y la conducta (Akil, 2019).

Los experimentos controlados en personas suelen consistir en el registro y medición de la actividad cerebral mientras estas realizan una tarea determinada. Esto incluye el uso de las tecnologías más avanzadas en el área de la exploración y diagnóstico neuronal, o incluso el empleo de realidad virtual para simular las condiciones ambientales deseadas (Tarr, Warren, 2002; Society for Neuroscience, 2016).

Aplicaciones de la neurociencia conductual

Un aspecto destacado de la neurociencia conductual consiste en que esta disciplina es capaz de consolidar aplicaciones prácticas para el conocimiento generado por la neurociencia. Entre los temas más importantes en este sentido, se encuentran los siguientes:

  • Comprensión de conductas típicamente relacionadas con trastornos clínicos como el autismo o la esquizofrenia.
  • Creación de tratamientos médicos y farmacológicos para la regulación de respuestas relacionadas con trastornos conductuales.
  • Tratamiento de respuestas ligadas a trastornos afectivos como la depresión o la ansiedad.
  • Comprender las diferencias individuales a partir de determinantes biológicos más precisos.
  • Entender la naturaleza biológica de procesos como el aprendizaje.
  • Identificar la relación fisiológica que puede existir entre conductas aparentemente no relacionadas.

(Bear, Connors, Paradiso, 2016; Thomasy, 2021).

 

Fuente: menteyciencia.com

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Neurociencia conductual: bases, aportes y aplicaciones
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