Por qué hacer las vacaciones por separado puede salvar tu relación de pareja BIENESTAR EMOCIONAL.
Después del estrés de un año y medio de pandemia, pasar unos días en soledad o en compañía de amigos da la ocasión de reflexionar y recobrar la ilusión por la convivencia
A todos nos han quedado más o menos claras las instrucciones de las autoridades sanitarias para lidiar con la pandemia como individuos. Lo que no parece tan claro es qué hacer para que nuestras relaciones de pareja no se vayan a pique después de más de un año de estrés, cuarentenas y wifis y espacios pequeños compartidos.
“El verano siempre es relevante para las parejas, y este lo es especialmente porque salimos de una larga convivencia forzada por una situación pandémica donde todos hemos estado más estresados, más preocupados, más agobiados, con hipocondría, ansiedad, fobias…”, asegura Antoni Bolinches. Este experimentado terapeuta de pareja, autor, entre muchos otros, de Tus cuatro poderes (Urano), lo tiene claro: “Este verano, entre echar en falta a tu pareja o saturarte lo mejor es lo primero”.
Sin dramas
Si no hay ilusión por compartir las vacaciones, mejor una separación cautelar
Así pues, de cara a las próximas vacaciones, Bolinches aconseja plantearse la siguiente pregunta: “¿Quieren los dos miembros de la pareja ir al mismo sitio y tienen ilusión por compartir las vacaciones? Perfecto. Pero si realmente existe entre ellos una saturación, o no hay una coincidencia en la ilusión de hacer vacaciones juntos o hay discrepancia en la gestión vacacional, muchas parejas pueden aprovechar para hacer lo que yo llamo una «separación cautelar vacacional»”.
Hacer vacaciones por separado puede servir, según este psicólogo y terapeuta de pareja, para recobrar la ilusión por la convivencia. Y es que a veces, explica, la ausencia regenera el deseo de presencia. Para algunos esta puede parecer una decisión drástica. ¿Y qué van a pensar mis padres, o mis hijos, si de repente cada uno se va de vacaciones por su lado?, puede pensar más de uno. “En estos casos yo propongo hacer llegar a la familia, para no crear alarmas innecesarias, que este año no podrán hacer vacaciones juntos porque no les coinciden los calendarios laborales. Entonces, un mes está la madre con los hijos y otro el padre, y así la pareja pasa julio y agosto separados. Entre compartir un tiempo que no quieres con una persona con la que estás en crisis, mejor vivir en singular un tiempo, estar contigo mismo”.
Para Bolinches, unas vacaciones por separado pueden dar la oportunidad a muchas parejas de reflexionar y de “ponerse las pilas para mejorar la relación”. Lo que tiene muy claro es que, sea como sea, “el trabajo de los terapeutas de pareja crece en septiembre, en unos casos porque las parejas se dan cuenta de que han de revisar la relación y se plantean una separación, y en otros porque ven que están en crisis y saben que la pareja es para el que la trabaja y la cuida”.
Mejor vivir en singular que compartir un tiempo que no quieres con una persona con la que estás en crisis
Por su parte, Monia Presta, psicóloga sanitaria, sexóloga y terapeuta de pareja, aconseja aprovechar la pausa estival para parar máquinas y tomar conciencia de los problemas o conflictos no resueltos: “Lo que evitas afrontar crece. Y la pandemia ha disparado las separaciones debido al hecho que los convivientes han tenido que pasar más tiempo juntos. Ha puesto en evidencia lo que ya estaba apartado o silenciado”, asegura.
Otra idea que nunca viene mal en estos casos es acordarse de practicar la comunicación asertiva y no violenta, explicando cómo nos sentimos y qué necesitamos sin juzgar al otro. “Este tipo de comunicación ayuda a ver cuáles son los puntos fuertes y débiles de la pareja para seguir evolucionando juntos”, afirma Monia Presta, quien también aconseja: “Si no estás acostumbrado a hacerlo, busca un momento durante el día para hablar desde la empatía y hacer «lavandería emocional». La pareja consciente habla sin interpretar, con empatía, y busca soluciones para superar los conflictos o problemas que se presentan en el día a día”.
El verano también puede ser un buen momento para revisar qué cosas hemos dejado de hacer en pareja debido a las obligaciones diarias (el trabajo, los hijos, etcétera…). “La pareja hay que regarla cada día cómo un jardín. Si no la cuidas, la planta de la pareja se muere”, advierte esta psicóloga. Reconectar con la pareja planificando un par de actividades de ocio que gusten a ambos y os recuerden lo que os gustaba hacer al principio de la relación.
Por ejemplo, una cena romántica, un paseo delante del mar… Y también es importante, a decir de esta especialista, cuidar de que cada miembro de la pareja tenga su espacio personal, pues “solo teniendo momentos de intimidad con uno mismo se puede volver al espacio de pareja con más energía y enriqueciéndose el uno al otro. Busca momentos para ti, para volver con las pilas recargadas y con más ganas de compartir con tu pareja. Solo si cultivas tu espacio interior puedes compartir y aportar novedad y frescura al planeta pareja”, aconseja la sexóloga.
Tiempo de reflexión
¿Qué puedes hacer tú para mejorar tu relación de pareja?
Y qué hacer si los calores estivales exacerban nuestros enfados? Lo mejor, según esta experta, es posponer la conversación un tanto. “Es mejor que la rabia baje antes de hablar. Vete a dar una vuelta, respira hondo, medita… y cuando vuelvas, propón una solución constructiva. Cuando hay un enfado es mejor que pactes que hablaréis en otro momento, cuando los dos estéis más calmados. Sólo así podrás tener una conversación más tranquila y que sirva.
Pregúntate qué es lo que has hecho tú, cuál es tu responsabilidad en esta crisis, y qué puedes hacer para superar el impasse de pareja. Si cada uno de los dos hace este trabajo de consciencia la pareja puede crecer y crear soluciones constructivas”, concluye Presta, quien aconseja también pedir ayuda especializada antes de que la pareja explote del todo: “Después de las vacaciones cada año hay un aumento de los divorcios, y la pandemia ha sido una prueba importante para todas las relaciones”.
Reconocer lo que sí funciona también puede ser una buena estrategia para volver a poner en valor a la pareja. Seguro que no estamos mal todo el tiempo, aunque los seres humanos tenemos una extraordinaria capacidad para quedarnos fijados en los puntos negativos y pasar por alto o dar por supuestos los positivos. Para salir de esta mentalidad limitadora podemos empezar por intentar cambiar nuestro diálogo interno, y así, por ejemplo, en lugar de decirnos: «Por Dios, cómo me irrita que siempre llegue tarde para cenar», podemos pensar algo más parecido a: «Me siento agradecido de que tengamos los fines de semana libres para pasar tiempo en familia». Al reformular de esta manera nuestro marco mental y llevarlo hacia un lugar más positivo aumentamos nuestra capacidad de aceptación, lo que puede ayudar a que veamos las cosas de otro modo.
¿Se acuerda de cuando conoció a su pareja? ¿De cuánto les gustaba conocer sitios nuevos los dos juntos? ¿Se hacían reír? ¿Qué admiraba más de él o e ella? Cuando una pareja entra en crisis es importante que ambos miembros traten de reconocer aquellas cosas que en su momento más le atrajeron del otro. Si podemos recordar por qué nos enamoramos, entonces todavía hay esperanza. Y siempre podremos usar esos recuerdos como pilares para volver a construir lo que se ha roto.
Fuente: lavanguardia.com