Dar vueltas y vueltas sobre una misma cuestión pero sin encontrarle solución es un fenómeno incómodo y agotador. Esta es la forma de actuar de los pensamientos rumiantes, cavilaciones en bucle que nada tienen que ver con una reflexión. Pueden desencadenarse ante hechos vitales, como el estallido de la pandemia, pero también ante temas de menor calado trascendental que se acomodan en la mente sin intención de salir de ella.

“Los pensamientos rumiantes aparecen cuando hay una preocupación específica que no hemos resuelto. Es un pensamiento circular, en bucle, da vueltas y vueltas en la cabeza y el gran problema es que no podemos pararlo”, explica la psicóloga clínica Elena Daprá. Además, son intrusivos y tienen un matiz de negatividad. La buena noticia es que se puede acabar con este tipo de ideas obsesivas con técnicas específicas y la ayuda de un psicoterapeuta.

¿Qué activa los pensamientos rumiantes?

La pandemia está provocando una gran fatiga mental en la población

La pandemia está provocando una gran fatiga mental en la población

Aunque este tipo de pensamientos no tiene función alguna, sí pueden ser una señal sobre algún problema emocional no identificado. El desencadenante suele encontrarse justo antes de que se desate el bucle. “En el mundo emocional todo pasa muy rápido. ¿Qué ocurre antes de que empiece? Es importante identificar esa parte de la personalidad para matizarla y demostrar que hay otras maneras de enfocar los problemas”, mantiene la psicóloga clínica y profesora de UNIR Pilar Berzosa Grande. De hecho, existen factores predisponentes como la falta de expresión de las emociones que pueden atascar estos vaivenes mentales.

Como cuenta Daprá: “Es algo que nos produce tensión y, como no sabemos solucionarlo, el pensamiento se sobreactiva y boicotea todos los procesos cognitivos. No podemos pensar en algo más, llena todo el espacio y todo está dirigido a esa preocupación específica”.

¿Qué ocurre con ellos?

Horizontal

El estrés y la ansiedad provocan fatiga física

Además de desencadenar emociones desagradables como la inquietud y la angustia, los pensamientos rumiantes provocan cansancio físico. “No solo supone un gasto emocional, también absorbe las reservas de glucosa, el alimento del cerebro. Quien los padece termina físicamente agotado”. Asimismo incrementan la visión de túnel, lo que hace ver la realidad de forma parcial. “Esto hace que dejemos de tener perspectiva y reduce la creatividad al mínimo”, asegura Daprá.

¿Cómo se desatascan los pensamientos rumiantes?

Cortar el bucle de estos pensamientos requiere un aprendizaje, que necesitará más o menos tiempo dependiendo del cuándo comenzó la rumiación, la implicación del interesado en el proceso y otras variables de personalidad. Estas son algunas de las técnicas que aplican los psicoterapeutas.

El resultado de la pandemia: una factura mental en forma de ansiedad, depresión, insomnio, trastorno de estrés postraumático y desórdenes de personalidad

Parada de pensamiento

Utilizar una palabra como stop, basta o una palmada. “Se aplica para detener los pensamientos que generan malestar y sustituirlos por otros más adaptativos”, comparte Daprá.

Persona sufriendo ansiedad

Pensar en ello durante un periodo limitado

Es posible dedicar un espacio de tiempo en la jornada para intentar solucionar esa preocupación no resuelta. “Con esto ejercemos autocontrol para que el pensamiento no ocupe todo nuestro día”, explica Daprá.

Cena con amigos

Disfrutar

Poner en práctica actividades que sean incompatibles con ese tipo de pensamiento. “Es algo que depende mucho de la persona, para algunos puede ser salir con amigos, para otros el footing o jugar a la consola durante un tiempo”, matiza Daprá.

Escribir un diario ayuda al autodesarrollo, a tomar decisiones y a solucionar los conflictos de manera más rápida.

Escribir lo pensado

A través de la escritura se pueden evacuar los pensamientos. Una de las técnicas son los autorregistros. “Se trata de escribir ¿qué piensas? ¿qué sientes? y ¿qué haces?. El consejo es no filtrar el pensamiento”, expone Daprá que invita a narrar directamente lo que pasa por la cabeza. “A partir de ahí, se aprende a analizar la objetividad del pensamiento y la situación. Hacemos que se busquen los aspectos positivos, que de ahí se elimine la crítica y exageración. Además, se enseñan las distorsiones cognitivas (el modo de expresión del pensamiento) y se dirige a la persona a la acción, porque el problema es que la persona se queda pensando en bucle y no hace nada”, comparte Daprá. Llevar un diario también es una herramienta válida para sacar estos pensamientos. “Escribir un diario puede ser útil. Lo que propongo es que lo escriban, luego se den un par de días sin pensar en ello y a los 3 ó 4 días vuelvan a leerlo, ya que tendrán una perspectiva diferente. Es una forma de enseñar al cerebro a manejar esos pensamientos para minimizar el sufrimiento”, aconseja Daprá.

En verano se organizan muchas comidas con amigos y familiares en la terraza o el jardín.

Evacuar a través de la palabra

Exteriorizar estos pensamientos de forma oral es otra forma de barrerlos. “La persona lo puede incluso grabar y escucharlo luego para que sientan la distorsión que puede haber entre lo que siente y lo que cuenta”, sugiere Berzosa. Asimismo, hablarlo con personas de confianza de forma puntual es otro método para sacarlo: “Es importante que no sea el único tema a tratar con su círculo, pero evacuarlo en un momento dado puede ayudar”, aclara Daprá.

A veces basta parar unos minutos y centrarse en la respiración para frenar la mente

Respirar, caminar y escuchar música

Esta combinación de técnicas es efectiva para limitar los pensamientos rumiantes. “Lo primero es mejorar la respiración, algo que puede compaginarse con con técnicas aeróbicas como andar deprisa, para liberar adrenalina, endorfinas y toda esa energía sobrante”, dice Berzosa. La experta recomienda añadir música a la ecuación para maximizar los beneficios. “Respiramos, soltamos ansiedad con una actividad aeróbica y hacemos que por el canal auditivo entre una información que va a tener influencia directa en las neuronas, ya que tienen capacidad de simpatizar con otros sonidos”, concluye Berzosa.

Fuente: lavanguardia.com

 

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¿Qué son los pensamientos rumiantes y cómo puedes deshacerte de ellos?
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¿Qué son los pensamientos rumiantes y cómo puedes deshacerte de ellos?
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Las preocupaciones que nos invaden una y otra vez son una expresión de la ansiedad que nos agota; los psicólogos recomiendan compartirlas, barrerlas y atacarlas haciendo cosas que nos gusten
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